hay cierto tipo de vacío que sólo pueden llenar las tazas de té y los panecillos por la mañana, como las estrellas salen lentas y sin que te des cuenta ya están sobre ti haciendo una luz en tus ojos, y nos volvemos a ellas como si nos llamaran a respirar en su interior. Ni cuando el viento corre despacio y me sabe a mandarina, soñé haber escrito esto y también soñe habete soñado.

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