Hacía tiempo que mis poros no respiraban como la primera vez que se me erizó la piel, tenía tiempo que no me sentía tan viva en mi propio cuerpo como las palabras y canciones que te hacen cerrar los ojos y dejarlo todo. Podría tener la nariz tapada todo el tiempo y sentirme tan bien como nunca he existido y que tanto me cuesta. Es sólo un momento en el que quiero que se apague la luz y se detenga todo el mundo sin preocuparme de lo que me importa antes de ese momento y sólo disfrutar y dejarlo todo por pequeñas partes de vida que me hacen sentir. Es eso.. sentir.
vedevuelta
hay cosas que no cambian aún con el paso del tiempo y regresan para golpearte y regresarte a donde empezó todo, y así es que sigue, como un círculo del que nunca salgo y la lluvia que nunca para en mi frente. Después de tanto tiempo hoy siento que ha estado apagado todo, porque no he hecho ni la mitad de lo que quiero hacer y porque no siento que haya sido importante vivirlo, hoy más que eso, siento que he estado durmiendo y que precisamente hoy que vuelvo a sentirme como cuando todo empezó es que me despierto. Vuelvo a sentir el mismo frío de la confusión y la nostalgia que me llueve profunda cual nube negra que te persigue hasta mojarte en días nublados y que lo único que he vivido se vuelven recuerdos y nunca es hoy, siempre es ayer mientras no puedas recordar que sigues viva y el tiempo sigue corriendo.
insomnio
Eché mis párpados abajo, como si con los ojos cerrados las cosas se
pudieran evitar; me tapé toda, como si debajo de mis cobijas estuviera a
salvo de lo que no me gusta afuera, y me quedé dormida, como si soñando
pudiera huir de la realidad. He querido alterar el tiempo con cerrar
los ojos, cambiar el sentido de las manecillas, que si regresaran.. esta
vez correría en sentido contrario, hasta encontrar la parte de mi vida
que está alrevés,
hasta encontrar el punto en el que por fin puedo dormir tranquila.
hasta encontrar el punto en el que por fin puedo dormir tranquila.
recaudo
las partes transparentes se reunen en un mismo punto fijo donde todo alguna vez fue, es la línea invisible que marcas desde lejos hacia mis ojos y no se quita, como una mancha uniforme en el caleidoscopio cerrado de mi mente. Todo invisible cuanto cae y segrega mañanas con desvelos y bajos colores por el día.
De repente despierto y me miro en un tiempo que ya no soy, me rasco los ojos para sorprenderme en todo lo que no reconozco más, la vida y las personas a mi alrededor corren más rápido que el tiempo en el que voy y en un solo instante pierdo todo lo que me hace reir y el equilibrio que sentí toda mi vida y todo me parece diferente, cada persona cambia pero no tanto como para dejar el perfume que le da olor a la ropa. Las noches se vuelven tan largas como mi cama y los recuerdos que un día me hicieron sentir cómoda son fáciles de olvidar.
El sonido del ventildor no siente el clima y mi cuerpo cada vez está más despierto que las veces que me he recostado del mismo lado y me aprieto la espalda para no ver la sombra por debajo de la puerta. Mi cuarto siempre en el mismo lugar del viento en la ventana, da vueltas y me recuerda a cada giro que estoy en el triángulo más difícil de todos los que quiero estar. Con toda la intención de lastimarme y que mi cabello se quede mojado y atrapado en la telaraña de la esquina que me cuelga en cada luz de mis pupilas.
Es muy fácil ser tan pequeña y cada vez más y tanto que el cielo no se aleja ni yo que me encojo. Es el mismo sentimiento de lavar los trastes mientras mi mamá me regaña y mirar la pared y cada hueco sucio de la cuchara con la que comí gelatina un día antes.
No se puede ser todo el tiempo diminuta y vivir dejando que pase el tiempo.
Es muy fácil ser tan pequeña y cada vez más y tanto que el cielo no se aleja ni yo que me encojo. Es el mismo sentimiento de lavar los trastes mientras mi mamá me regaña y mirar la pared y cada hueco sucio de la cuchara con la que comí gelatina un día antes.
No se puede ser todo el tiempo diminuta y vivir dejando que pase el tiempo.
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