De mis siete vidas, esta ya es la sexta. A dejar de ser cuerpo celeste y flotar junto a la luna para volverme luz. Son tus púlsares los que inducen la emisión de mis pulsos de radiación a intervalos regulares con el periodo de rotación de la tierra que no existe. No hay medicina que pueda darme y curarme. Así nací. Al azar y sin poder elegir mi naturaleza, pero con la suerte de la siesta de medio día. Es casi como un documental de identidad.
Extraño que te extraño a ti extraño te.
1 comentario:
bonita cancion.com
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