cook, clean, pay the rent

si me regalas un poco de tus pies, me los como, ya no te los doy. Nunca, ni por querer alcanzar el piso detrás de las orejas en la bolsa marsupial. 

El cielo te espera abajo de tu cama, como los sueños imprecisos, de dos mil segundos, rotos.
 Más vale soñar con espejos que vivir viendo la misma cara al amanecer.

Y soñar con tu nariz, recorrerla con las yemas de los dedos, suaves para que duermas, con el sonido de una canción que me pavos los poros.

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