Mayo

..otra vez el tiempo corriendo


El tiempo no me frena, es el viento que sopla desde mis pies. Luego recojo flores y las guardo en mi zapato para que se sequen y me queden los recuerdos del sentimiento reseco de los colores.
Cuando ya no puedo levantarme por que la arena me come, mis oídos se inundan y no me dejan escuchar a los cangrejos, cuando voy al mar y te dejo. En el silencio de mis oídos, te escucho.



No repetirás ese momento.. no podrás volver a todas partes.. una vez que te vas, ni siquiera regresas por completo.
Rie, camina, mete los pies en el mar, crea, comparte, come, sueña, ama y recuerda.





Así, como las fotos que nunca revelas y la vida puede dividirse en momentos hechos diapositivas,
muchas veces he querido darle pausa a mi vida para sentir eternamente las cosquillas de la alegría.
Hoy ya no quiero preocuparme por las hormigas que me van a picar. Sólo quiero sentarme, sentir el aire que me pegue en las mejillas, que me las estire y luego se me duerman los músculos de la boca. Quiero reir con mis amigos las risas que me aguanté toda la semana, ver el sol que ya no voy a ver mañana y que si pudiera te lo guardaría para compartirlo contigo dentro de un gran abrazo. Salir a la calle, comer nieve hasta que se me duerma la lengua, mojarme hasta que mi cabello se pegue a mi piel y que mis pestañas se vuelvan de agua. Quiero ir a un lago, meterme al agua con la luz de la luna, con los sonidos de los grillos y hasta hacerme pasita.

Reir, reir y que se me destroce el estómago.. y sólo yo saber que lo disfruté.
Antes, le tomaba más tiempo a lo que no veía y lo de todos los días se me volvía tostada para comer el sonido de la lluvia.
 No somos más de donde nos conocimos y llamamos a nuestros nombres en primera lengua. Después de un tiempo, hasta siento que me salen siete de cada diente.
 Te lo di cuando te marcaron y aquí te lo quedaste. Serpientes de la misma cueva, no queremos ser parte del cielo, nos quedamos abajo y nos gusta arrancarnos la piel con el tiempo.

She Purred While I Grrred

No, posiblemente no sea mi cabello el que crece, sino mi cabeza que se encoge.
Hoy me siento aquí, en la misma silla donde ya he estado varias veces antes, pero hoy, el aire tiene sabor. Tal vez debería colgarle más foquitos a las paredes, debería mover el cuadro de mis abuelos, debería colgar un rosario.. debería, debería. Debería decirte tantas palabras que traigo atrapadas en los musgos de mi garganta, a veces pesan. Debería verte y no cerrar los ojos, estar parada y que mis uñas no se entierren, ya no quisiera seguir escarbando el mismo piso del hoyo claro.

La leche no hace al becerro.

Desde arriba, donde el piso se vuelve tierra y lo mojado del pasto me suda entre los dedos.


Sólo huellas en las hojas y los sentimientos de fotosíntesis.. se caen con los ronquidos de los pájaros.
 De vuelta a donde nos hicimos verdes y desde arriba los vimos; como si las casas fueran del pasado, como si estar arriba fuera otro tiempo y entre los árboles pierdes el sentido de pensar en el reloj. Desde arriba vimos los ojos del no tiempo.



A veces, cuando estoy sola.. abrazo mi almohada imaginandome que siente y me quiere. 
Me da tristeza saber que todo lo bonito tarde o temprano se marchita.
Lloro con la misma intensidad con la que rio.
Muero las veces que tenga más ganas de vivir, y renazco las veces que mi gato me preste vida.
Tengo ganas de que sepas lo mucho que escondo, enseñarte los lugares que nunca alguien más ha visto conmigo, disfrutar de las frutas que mi madre guarda en el refri, cerrar los ojos y compartir cada mordida. Acostarnos en la terraza y ver las estrellas, la luna, las nubes y lo que se aparezca hasta que los cuatro ojos se arruguen y se nos cierren para siempre.